Canción de noria, de campanillas, de la feria.
Le preparan el terreno al Saxo que se adentra en los adentros junto con el clarinete y el requinto.
Un vals.
Dame la mano.
Cuello erguido, cuerpo recto y deslices felices por la pista.
La mirada quieta y el cuerpo girando.
Un baile digno de las mejores gasas al aire.
Movimientos flotantes de la pareja de bailarines girando y girando con esta música celestial con el bajo marcando los tiempos de los giros y los pies dando vueltas de puntillas hacia arriba y hacia abajo, dando saltos, queriendo saltar de alegría pero sin despegarse del suelo, pues es en el suelo dónde las vibraciones de la música se perciben y dónde se apoyan los bailarines al compás de las emociones embriagadas por las cuerdas del tambor que vibran descompasadas con los toques de los palos de madera.¿Me acompañas?