Desgarré el cielo y la tierra,
cerré los ojos con fuerza,
los apreté con mi corazón
y dejé salir libres las lágrimas
de mi tristeza aprisionada,
rompiendo la presión
en un estallido involuntario.
Un cristalino sentimiento
que bañó mi rostro desencajado.
Espasmos e impulsos simultáneos
que bombeaban perlas transparentes
sobre el exterior de mi cuerpo
y agitaban mi corazón
como el viento
a una sábana tendida.
(*)
2 comentarios:
"Un cristalino sentimiento
que bañó mi rostro desencajado."
Una vez hace mucho tiempo un amigo al que quiero muchísimo me dijo:
Debes ser egoísta.
Y en un intento de presente, olvido el vuelo de las mariposas. Pálida y sedienta de nostalgias. Un aroma de silencios.
Cierra los ojos amigo para seguir viviendo.
Mis besos hasta tu puerta.
Bello fragmento escogido,
pero a mí me gusta más que seas tú quien escribas...
Un abrazo.
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